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martes, 28 de agosto de 2012

Yo maté a mi madre




En lo personal, creo que uno es feliz cuando puede armar sus propios conceptos acerca de la vida. Estamos acostumbrados a dejarnos llevar por lo que de niños nos fueron diciendo nuestros padres; las ideas entraban en la cabeza como fichas que nos dejaron condenados a un futuro lleno de estructuras. Y de pronto nos vemos gritando que hay que esforzarse para llegar a ser alguien, o que si sos bueno te pasan por arriba: como si un espíritu de ultratumba nos hubiera dominado. 
En este sentido, cortar el cordón umbilical va dirigido a creernos y sabernos dueños de nuestro destino. No es positivo dejarnos construir por un montón de frases inconexas que nada tienen que ver con la realidad en sí misma.
El mediocre adulto promedio disfruta mirando noticieros, implantándonos el miedo por lo desconocido, la costumbre de la rutina como la salvación a cualquier problema, la estupidez de aguantar antes que cambiar (como si todo se tratara simplemente de acostumbrarse).
Mi teoría es que la plenitud está en encontrar la propia identidad. Alejarnos de la pelotudez del “que dirán”, de todo lo que mamá nos dijo (supongamos que desde su inocencia) y que nos llevó a estar en donde estamos ahora. Lo normal es opinar libremente cuando están frente a sus hijos: que todos son malas personas, que quien se maneja con ética y responsabilidad es un boludo que no va a llegar a ningún lado, que todo gira alrededor del dinero. De ahí en más uno se convierte en un zombie materialista, arrastrándose por la vida ahogado en nociones que no le pertenecen. No sólo somos sus hijos, somos (en el sentido más literal y nefasto de la palabra) su completa creación.
Propongo una independencia conceptual, que de ahora en más todo lo que opinemos sobre la realidad, bien o mal, sea propio. Ya no más arrastrarnos por la calle creyendo que si somos varones tenemos que salir con mujeres, que si somos mujeres tenemos que ser sumisas y sexuales, que si somos viejos tenemos que dejar de molestar, que si somos enfermos damos lástima… y así sigan la línea hasta que se harten.
      Todo se trata de aprender a encontrarse en el vacío.      


11 comentarios:

  1. Porque la gente tiene tanto miedo a descubrir su propia personalidad, su identidad, o su espiritu? Porque no pueden vivir fuera de la maqueta superficial donde cada uno DEBE cumplir un rol?
    Andamos por caminos similares, me gusta la propuesta.

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  2. Muy interesante... voto por mas escritos de este estilo menos enojado y mas reflexivo. Me gutó prim!

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    1. Graciass prima =) son dos conceptos distintos, dos formas de expresarme. En este momento me esta fluyendo mas este camino por suerte!

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  3. Cierto es que sería mejor despojarnos del lastre de lo que nos han contado o de lo que esperan los demás que contemos pero eso sería casi como despojarnos de nosotros mismos..... ese es un camino muy interesante pero ciertamente farragoso...... un saludo.

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  4. Estamos acostumbrados al "qué dirán", estamos pendientes de los demás, no actuamos como deberíamos hacerlo, sino pensando siempre en los demás, menos en nosotros mismos.

    Damián, me gusta el tema que has expuesto.

    Un beso.

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  5. Resulta que iba a ver más entradas, y veo que es única, bienvenido al mundo bloguero, has comenzado a caminar con una intenresante entrada.

    Un beso.

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  6. así es, matar a la madre en el caso de los hombres o del padre en el caso de las mujeres
    contrario a la idea de Edipo o Electra

    ser uno mismo desde sus propios fallos y experiencias

    un abrazo y gracias por tu opinión en mi opinión

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  7. pd... yo desde los 18 años que corté el cordón y ahora mi padre es casi hijo a sus 82 años

    a veces los roles van de un lado al otro según sea

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  8. Crudo lo tienen-tenéis ahora los jóvenes en España, la vuelta al hogar y sin trabajo plantea una regresión a los peores momentos de la vida: la efervescente adolescencia sin identidad.

    Un abrazo

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  9. No tenemos padres ni nosotros nunca hemos sido hijos de nadie. Nuestros ancestros están en las hojas secas que caen sobre las lápidas.

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  10. Pues sí, ¡al carajo lo considerado normal o habitual! desde hace mucho que lo llevo a la práctica, casi desde que tengo uso de razón no me gustado nadar donde los demás decían, sino dónde a mí me apetecía.
    Bienvenido y reflexiva entrada para dar tu pistoletazo de salida, te invito a mi blog por si quieres conocerlo. Saludos desde Tenerife.http://gofioconmiel.blogspot.com.es/

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